
En parte de mi vida,
tengo el recuerdo de una linda niñita.
Sus cabellos eran dorados
de bucles graciosos,
bellos y hermosos.
Sus ojos verdes azulados.
Sus labios rojos como la rosa,
y su cuerpecito menudo y gordito.
Como jugaba la linda pequeñita con sus amiguitas.
Parecían seres alados,
de cuentos jamás olvidados.
La tristeza que a veces me gobernaba
se esfumaba,
y una sonrisa espontánea surcaba mis labios.
Las ocurrencias de aquellas pequeñitas,
eran divinas.
Mientras ellas jugaban,
las madres conversaban.
Parquecito colorido de jazmines y rosas,
cielo brillante azulado,
anaranjado sol de tarde.
¡Que bello cuadro!
Me inspiro en aquel momento,
un lindo cuento encantado.
Mas un grito desesperado,
me aparto violentamente
de mi escrito hechizado.
Vi un tumulto a lo lejos,
y un auto enrojecido escapaba prontamente
de mis ojos perplejos.
Me acerqué presurosamente,
a ver el motivo de la agonía.
En medio de la pista estaba la bella niñita,
con sus pensamientos salpicados de sangre.
Una enloquecida madre repetía,
Una y otra vez.
Una y otra vez.
Mi hijita no esta muerta.
Mi hijita no esta muerta.
Solo esta dormida
Solo esta dormida
Pobre madre.
Pobre niñita.
El solo recuerdo hacen que mis lágrimas broten,
para hacerles,
eterna compañía.
tengo el recuerdo de una linda niñita.
Sus cabellos eran dorados
de bucles graciosos,
bellos y hermosos.
Sus ojos verdes azulados.
Sus labios rojos como la rosa,
y su cuerpecito menudo y gordito.
Como jugaba la linda pequeñita con sus amiguitas.
Parecían seres alados,
de cuentos jamás olvidados.
La tristeza que a veces me gobernaba
se esfumaba,
y una sonrisa espontánea surcaba mis labios.
Las ocurrencias de aquellas pequeñitas,
eran divinas.
Mientras ellas jugaban,
las madres conversaban.
Parquecito colorido de jazmines y rosas,
cielo brillante azulado,
anaranjado sol de tarde.
¡Que bello cuadro!
Me inspiro en aquel momento,
un lindo cuento encantado.
Mas un grito desesperado,
me aparto violentamente
de mi escrito hechizado.
Vi un tumulto a lo lejos,
y un auto enrojecido escapaba prontamente
de mis ojos perplejos.
Me acerqué presurosamente,
a ver el motivo de la agonía.
En medio de la pista estaba la bella niñita,
con sus pensamientos salpicados de sangre.
Una enloquecida madre repetía,
Una y otra vez.
Una y otra vez.
Mi hijita no esta muerta.
Mi hijita no esta muerta.
Solo esta dormida
Solo esta dormida
Pobre madre.
Pobre niñita.
El solo recuerdo hacen que mis lágrimas broten,
para hacerles,
eterna compañía.