lunes, 28 de septiembre de 2009

La niña bonita....


En parte de mi vida,
tengo el recuerdo de una linda niñita.

Sus cabellos eran dorados
de bucles graciosos,
bellos y hermosos.

Sus ojos verdes azulados.
Sus labios rojos como la rosa,
y su cuerpecito menudo y gordito.

Como jugaba la linda pequeñita con sus amiguitas.
Parecían seres alados,
de cuentos jamás olvidados.

La tristeza que a veces me gobernaba
se esfumaba,
y una sonrisa espontánea surcaba mis labios.

Las ocurrencias de aquellas pequeñitas,
eran divinas.

Mientras ellas jugaban,
las madres conversaban.

Parquecito colorido de jazmines y rosas,
cielo brillante azulado,
anaranjado sol de tarde.

¡Que bello cuadro!

Me inspiro en aquel momento,
un lindo cuento encantado.

Mas un grito desesperado,
me aparto violentamente
de mi escrito hechizado.

Vi un tumulto a lo lejos,
y un auto enrojecido escapaba prontamente
de mis ojos perplejos.

Me acerqué presurosamente,
a ver el motivo de la agonía.

En medio de la pista estaba la bella niñita,
con sus pensamientos salpicados de sangre.

Una enloquecida madre repetía,
Una y otra vez.
Una y otra vez.

Mi hijita no esta muerta.
Mi hijita no esta muerta.
Solo esta dormida
Solo esta dormida

Pobre madre.
Pobre niñita.

El solo recuerdo hacen que mis lágrimas broten,
para hacerles,
eterna compañía.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Unidos por el dolor...

Fue mi primera decepción, un sentimiento algo irrisorio, esperanzador de su regreso que nunca de su parte se cumplió, si, así es; me refiero a la mujer blonda y sureña que una vez quise con mi alocado corazón.

Cuando tus ojos se vean tristes,
y con infinito desespero.

Y de tu mirada,
por mí añorada,
brote una lágrima de dolor,
trastocada por violento tremor.

Cuando sus insultos y sus palabras soeces,
terminen en llanto de tu corazón.

No creas melancólica estrella,
que sonreiré de alegría,
por el cruel desengaño,
que de sus labios brotaron.

No, no…
no querida mía,
por que junto a tu lágrima,
la mía se unirá para hacerte compañía.

Y juntos en la distancia,
suspiraremos,
y lloraremos,
creando un mar de desilusión,
y un firmamento de cruel desamor.

martes, 8 de septiembre de 2009

El árbol....

Uno de mis primeros escritos, uno de mis primeros sentimientos hecho pixeles legibles.



Como recuerdo en estos momentos
en que la alegría
se ha muerto en mi vida.

Las veces que de niño
me gustaba ir al parque y jugar
alrededor de un bello árbol,
fuerte, vigoroso, de hojas verdes
brillantes e inigualables.

¿No se por que?...
Pero me sentía protegido.

Cuantas veces querido árbol,
bajo tu sombra reía feliz con mis amigos.

Cuantas veces me gustaba ver lo alto
que te elevabas hacia el cielo.

Si mis padres o mis propios... ¿amigos?
o quizás algún desconocido
me hacían llorar.

Solo bajo de ti me consolaba.

Cuantos nombres con un corazón de amor
habían escrito en tu incólume cuerpo

Mas debajo de aquellos nombres
un “I love you, tree me”
estaba escrito con mis manos.

Por motivos que se escaparon de mi voluntad,
me alejé de aquel bello lugar.

Y ahora que con el tiempo he dejado de ser un niño.

Me acorde de ti y volví.

Pero grande y triste fue mi sorpresa, por que al volver
a aquel hermoso lugar, donde tú te alzabas imponente.

¡Ya no te encontrabas!

En tu lugar,
había un frió monumento de mármol,
con un héroe mirando
un horizonte teñido de sangre.