sábado, 24 de octubre de 2009

Juan y la lámpara mágica...

Sentado a la orilla de la playa, Juan, se encontraba pensativo, triste, angustiado; que momentos tan difíciles, deudas por todas partes y para males, amigos no tenia, solo uno; que una semana antes se fue a Alemania, con un préstamo en dólares que él, como buen amigo le había otorgado.
Sólo, ante lo azul verdoso del mar, ante el cielo sangrante e iracundo, ante el viento que empezaba a murmurar lo imposible que seria escapar ante tal situación.
El vaivén de las olas ya casi tocaba sus zapatos, cuando un objeto dorado, llega justamente a sus pies.
- Es una lámpara, como la de Aladino, si la froto de repente salga un genio y me libere de todos mis problemas - lo dice burlonamente, dibujándose en su rostro una sonrisa sarcástica.
- Bueno no pierdo nada, pero primero, la secare- se quita la casaca negra que tenia y con la parte interior cubre la lámpara y la seca.
- Ahora es el momento-se dice emitiendo una pequeña sonrisa.
No ocurre nada, lo vuelve a repetir varias veces y nada.
- Lo que esperaba, los cuentos no son reales.
Lanza la lámpara dorada, pero no fuertemente, y al caer de su interior empieza a salir humo azul, y en medio de el, un genio. Si, un genio, no gigantesco, ni maléfico, ni bonachón, sino como toda persona normal, solo que su indumentaria, si era como se describía en las mil y una noche.
- Amo, dígame sus tres deseos y se los cumpliré.
Juan se alegro y pensó que ahora si, toda su vida cambiaría, nada de desasosiegos, ni penurias, ni soledad.
- ¡Quiero que todas mis deudas económicas estén pagadas, y no le deba ni un céntimo a nadie!
- Así será, mi señor - respondió el genio, pero con aire de melancolía e incomprensión.
- Ahora, diré mi segundo deseo.
Juan, miro al genio y le preguntó:
- ¿Cuál es tu deseo que más anhelas genio?
El genio no respondió, solo le contesto:
- Solo estoy para cumplir sus deseos, mi amo.
- Entonces, mi segundo deseo es: Que me digas… ¡Cual es tu más anhelante deseo!
- ¡Mi libertad, mi amo, mi libertad!
Juan, miró al genio sonriente y le dijo que ese seria su tercer deseo, sin embargo, el genio antes le advirtió:
- Mi amo, si cumplo su tercer deseo, su primer deseo ya no se cumplirá, es más, toda aquella persona que yo le haya realizado su deseo, dejara de ser cumplido y volverán hacer lo que siempre fueron.
Juan se puso pensativo, y no dijo nada durante diez minutos, luego de eso contestó:
- Aún así, que se cumpla tu deseo, por que mis deudas para bien o mal yo las contraje y yo ya veré como las cumpliré, y con lo que respecta a los demás, no merecen lo que les diste, por que solo pensaron en ellos, solo fueron lo que siempre todo el mundo es: ¡Egoístas!
- Así será, entonces mi señor.
Y el genio fue normal como cualquier persona, y Juan le puso como nombre: Emilio, y lo ayudo a tener una identidad y él en agradecimiento coopero con Juan a pagar sus deudas y se hicieron los más grandes amigos, ayudándose en las buenas y en las malas.
Juan se caso con una hermosa mujer e igualmente Emilio, crearon sus familias y siempre cada mes que se reunían, sus esposas preguntaban como se conocieron, mas ellos decían la verdad, pero ellas, nunca les creyeron.

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No hay nada más valioso en la vida, que una sincera amistad.

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