Allá donde la aurora
esconde su delirio.
Donde los ángeles esbirros
son llamados profetas de mil lunas
Allá en el umbral del Pegaso
blanco y dormido.
Donde tu risa quedo estampada
en una promesa del lirio.
Aún suenan las últimas campanadas
del atrio acaecido.
Y te acuerdas de mí.
Y me acuerdo de ti.
Y el pobre mendigo de alas de plata,
de mitología barata.
Rompe con tristeza la última flecha
de su aljaba,
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hi
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.