viernes, 15 de enero de 2010

Bimba....


- Amor la niña no quiere dormir, le narro sus cuentos, le dibujo lo que me pide pero nada, no tiene pizca de sueño, dice que se dormirá si le cantas su canción favorita.

La miro a mi amada Isidora y sus ojos azules no son de mandato sino de súplica, sonrío, beso su frente y le digo.

- Nuestra pequeña Arianna, nuestro angelito de luz es lo más bello que tenemos los dos, que placer para mí que pida la canción que mi madre le cantaba a mi hermana.

Voy hasta su habitación, decorada de pegasos, unicornios, hadas y encantadoras brujitas sonrosadas. Ella está mirando uno de sus libros que mi Isidora se los compró, le gusta mirarlos y tocarlos, y sus ojos de cielo brillan y sonríe muy graciosamente.

- ¡Papito!... ¡Papito!... ¿has venido a cantarme la canción?... ¿verdad papá, verdad?

Estira sus bracitos y da brincos sobre su cama, la levanto entre mis brazos y acaricio su cabellera dorada.

- Primero recoge tus libros de cuentos y guardalos donde los pone tu mamá, arregla tu cama y te cantaré lo que quieres mi amor.

Pone un dedito en sus labios, se queda quietecita y empieza a gritar:

- ¡Mamá!... ¡Mamá!... mi papá dice que arregles mi cama.

Sonrío y le toco muy despacito su barriguita y le digo:

- No hagas trampas, mi amor, tú tienes que arreglar tu cama o me voy y no canto nada.

Ella sonríe y muestra su sonrisa incompleta.

- Ya papito, bájame y lo arreglaré en un ratito.

Y así lo hace, muy rápido y apuradita se acuesta en su cama y se tapa con su frazadita sonrosada.

Me acerco donde ella, beso sus manitos y empiezo a cantar.


Bimba, che un giorno

stai nuda davanti allo specchio e scopri su te cose nuove.

Bimba, che un giorno,

leggendo parole d'amore, ne hai desiderio e vergogna.


En eso llega Isidora y se acuesta al lado de arianna y empieza igualmente a cantar, pero nuestra pequeña flor dice… ¡no!, tú no, que cante solo mi papá, pone sus cinco deditos en los labios de su mamá.

Isidora, abre sus hermosos ojos azules en todo su esplendor, sonríe y se queda callada, continuo cantando.


Aspetta, aspetta,

ti manca solo un giorno per camminar.

Aspetta, aspetta,

ti manca solo un giorno per camminar.


Nuestra hadita empieza a tararear la canción, entonando las primeras palabras cuando Isidora le tapa su boquita y le dice:

- ¡No!.. tú no; que cante solo papá.

Se escucha el trino susurrante de su risa de nuestra pequeña Arianna y los tres empezamos a reír, las abrazo a mis dos amores y les continuo cantando, en eso se quedan dormirá las dos, las cubro y les beso su frente.

Tu crees, Marietta, ¿que ellas me estén esperando en los cielos de tul?, como decía mi pequeña Arianna, ¿tu crees que estaremos juntos nuevamente los tres?.

Si hermano, así será, volverán a estar juntos, les podrás cantar las canciones que nos cantaban nuestra madre y nuestra nonna.

Cae una lágrima de sus ojos de cielos eternamente muy claros, acaricia su esperanza cristalizada sus atrayentes labios, su pelo de bronce ensortijado emite nostálgicos deseos, abre la cajita de música de la pequeña Arianna y expira al encuentro de sus amados tesoros.

Imagino que aquellos tres luceros son: Mi hermano, Isidora, y la más pequeñita en el centro, Arianna, y así estarán; los tres, en los cielos eternos glorificando la belleza de su amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hi

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.