sábado, 13 de marzo de 2010

Mis relatos...

A mi me gusta crear historias de amor, sé que para algunos es trillado o cursi que siempre se escribe de lo mismo pero son las que me gustan hacer (demasiadas tele series he visto en mi vida, je!).
Desde pequeño me gustaba fantasear, crear cuentos mas no las escribía, a mi nonna le encantaba contar las que ella sabia, por ejemplo: El perro fido, los dos ladrones, el niño que se volvió anciano por seguir una mariposa (La mariposa y el chogüí), y cuentos tétricos como: El bebé, la aparecida, killer, etc.
Tal vez de ella herede eso. Recién pude trasladar mi fantasías a papel hace como cinco o seis años, cuando creaba por estar ilusionado con la rubia de ojos verdes de la tierra hoy castigada de Neruda.
Los que le escribía a ella eran puras fantasías nada de realidad aunque lo paradójico es que una se volvió real (Relatos sentimentales)... ahora me sonrió pero en ese momento me dolió demasiado (me lo merecía después de todo).
Otras en cambio son de las que me toco vivir, sea de niño, adolescente o adulto, son pocas por el momento, mas ya habrá tiempo de seguir aumentando ese tipo de narraciones.
No todas las mujeres reaccionan bien a mis historias reales o ilusorias, algunas se sienten partes de ellas, otras no lo quieren ser.
Un ejemplo de estás ultimas, es aunque usted no lo crea mi Antonella. Será por que son de tristeza o de despedidas, la primera que le hice (totalmente para ella), dijo que era bonita pero por su semblanza diría que no le gusto tanto.
La segunda, le di el papel para que lo leyera; sus hermosos ojos azules se movían de un lado a otro, suspiro y apretó el papel, lo hizo totalmente un embrollo y lo lanzó... ¡No me gusta!
No le dije nada, y al tiempo hice otra, se lo volví a dar para que lo leyera, esta vez mientras lo leía, se le caían las lágrimas, y me dijo:
. ¡Tú crees que yo haría algo así, tu crees que soy así!

Me le acerqué, besé su frente y le dije:
. Mi amor, son solo historias o cuentos no reales, fantasías que me gustan escribir, teniéndote a ti como protagonistas de todas ellas... ¿no te agrada que así sea?
. Pero por qué tienen que ser de esa manera, por qué no pueden tener un final feliz.

No le contesté la abrace y me fui por un rato de su lado. Ella agarró el papel lo estrujo y lo boto.
Regresé a las dos horas con una nueva historia (A una donna perché è un fiore), la leyó, se puso triste, me abrazo muy fuerte y me dijo:
. Está me gusta aunque sea triste, me gusta porque es muy romántica y sobre todo porque la creaste tú.

Pensé en responderle o reclamarle por las otras historias que boto, pero no le dije nada, la abracé muy fuerte y la besé diciéndole un te quiero.
Nos pusimos a ver unas de las películas que a ella le encanta (¿Conoces a Joe Black?), se quedo dormida por cansancio mi flor; la levante y la llevé al dormitorio, la recosté y en la mesita de noche estaba un cuaderno con un ruiseñor como carátula y dentro de él las historias que pensé que ella había botado a la basura.
Mi romántica y bella Antonella adora todo lo que le escriba por muy cursis o tristes que a veces sean mis relatos; después de todo su corazón si es totalmente mio.

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