¡Vamos niña!
No sonrías a escondidas;
ni te ocultes entre miradas lascivas
de la luna de almíbar.
No le suspires al Eolo,
gimoteando entre sollozos
que soy de tu corazón,
el oculto alborozo.
Ni imites a la Artemisa ,
que celada y sigilosa,
está esperando a su presa
para hacerla sumisa.
¡Ay mujer!
De voz alegre y soñadora,
de mirada tierna y encantadora;
no seas mi valentina acusadora
Y deja… ¡Por favor!... te lo ruego,
de hincharme las bolas.
Y dime tan solo,
que me adoras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hi
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.